Estrecho Indymedia on the Insurrection in North Africa

En el momento en que se escribe esto, se ha formado un Gobierno de "unidad nacional" y las fuerzas de seguridad han intentado tomar medidas drásticas contra el movimiento, mientras se ofrecen concesiones como la liberación de los presos políticos. No obstante, las manifestaciones continúan. La respuesta internacional a los levantamientos contrastan con las bienvenidas manifestaciones "verdes" en Irán, en las cuales pudimos ver una enérgica condena. En este caso lo enérgico es el silencio. EEUU, que condenó al Gobierno iraní en los términos más duros por la represión que llevó a cabo, ha dicho que "no toma partido" entre el Gobierno y los manifestantes que reciben disparos en las calles. Claramente, las demandas por la democracia y los derechos humanos no valen para las dictaduras alineadas con EEUU. Reino Unido ha condenado la "violencia" de los manifestantes tunecinos, uniéndose así al enemigo oficial Gadafi, con quien comparte el desprecio por la gente normal que toma las riendas de sus vidas a través de la acción colectiva.

Y de pronto, la revolución

Confiscación de verduras

El detonador inmediato por el que comenzaron los hechos fue el intento de suicidio de Mohammed Bouazizi el 18 de diciembre. Este licenciado universitario de 26 años, que se había empapado de gasolina y se había prendido fuego en la ciudad de Sidi Bouzid, en el centro del país, iba a morir al mes siguiente por sus heridas (pero no antes de una cínica visita al hospital por parte del presidente Zine al-Abidine Ben Ali). La autoinmolación de Bouazizi frente a un edificio gubernamental fue una protesta desesperada que resumía las nefastas perspectivas de la juventud tunecina. Incapaz de encontrar trabajo, vendía verduras ilegalmente en la calle. La confiscación de su producto por parte de la policía fue la gota que colmó el vaso.

Túnez, frecuentemente presentada por los interesados Gobiernos occidentales como un modelo de estabilidad en el mundo árabe, está lastrada por el desempleo, la inflación en precios de productos básicos, y la corrupción generalizada. El desempleo alcanza el 25% en muchas regiones. Es particularmente agudo entre los licenciados universitarios -una situación que se repite en países vecinos como Marruecos y Argelia, que también resultó afectado por los disturbios-.

Las protestas y las huelgas son extrañas, y una oleada previa de huelgas y manifestaciones contra el desempleo, los problemas de acceso a la vivienda, la educación y la sanidad en 2008 en Gafsa (en el Suroeste) se encontró de cara con una dura represión. Murieron huelguistas y manifestantes, y muchos -incluidos periodistas que cubrían los hechos- fueron encarcelados arbitrariamente como "cabecillas". El Estado actuó ágilmente para prevenir que estos disturbios obreros se extendieran por todo el país, algo que ha ocurrido tres años más tarde. La represión no ha cesado desde entonces, pero la brutalidad de la respuesta a los hechos recientes sólo ha endurecido la determinación de los implicados en la revuelta.

Rápida escalada

El suicidio de Bouazizi provocó, como una bola de nieve, una oleada de protestas y huelgas que aún no ha terminado. El mismo día estallaron los disturbios en Sidi Bouzid, que ha servido de epicentro y hogar espiritual del movimiento, con destrozo de coches y duros enfrentamientos con la policía. Iban a acordonar la ciudad en un fracasado intento de evitar que la revuelta se extendiera al resto del país. A continuación sigue una incompleta cronología:

21 de diciembre - Disturbios en la ciudad de Menzel Bouzaiene, en el centro de Túnez. Las pistolas y los gases lacrimógenos de la policía se encuentran con cócteles molotov. Al menos un manifestante es disparado por la policía.

24 de diciembre - Manifestantes en Menzel Bouzaiene prenden las oficinas del partido gobernante, la Agrupación Constitucional Democrática y un puesto de la guardia nacional, y destrozan tres coches de policía y una locomotora.1 Montan barricadas frente a la comisaría. Mohamed Ammari, de 18 años, es asesinado por la policía. Chawki Belhoussine El Hadri, de 44, moriría más tarde por las heridas provocadas por la policía.

25 de diciembre - Las protestas alcanzan Túnez, en solidaridad con el levantamiento en Sidi Bouzid.

26 de diciembre - Segunda protesta, más grande, en Túnez. Es atacada por la policía con porras y piedras.2 El ministro de Interior ve en persona la respuesta policial. Impiden que los heridos lleguen al hospital. Los enfrentamientos duran un par de horas.

27 de diciembre - Se manifiestan mil personas en Túnez.

28 de diciembre - Las fuerzas de seguridad atacan una manifestación convocada por la federación tunecina de sindicatos en Gafsa, donde tuvieron lugar las luchas de hace tres años, centro de industria minera. Se manifiestan 300 abogados en Túnez, con al menos dos detenidos. Uno de ellos es torturado. Se manifiestan también profesores de instituto frente al Ministerio de Educación.

29 y 30 de diciembre - La policía reprime una manifestación en Monastir y ataca otra en Sbikha. Al menos un manifestante hospitalizado en una manifestación en Chebba.

31 de diciembre - La policía dispara a manifestantes en Bouziane. Un manifestante, licenciado en paro, es asesinado.

3 de enero - Enfrentamientos con la policía en Tela, Sfax y Om Laarais. Manifestación estudiantil en el liceo de Gronbalya, en Túnez. Los hackers tumban varias páginas del Gobierno, aparentemente en respuesta a la represión ante los intentos de informar sobre las huelgas y manifestaciones. Manifestantes de El Cairo declaran su solidaridad con la revuelta tunecina.

4 de enero - Manifestaciones en Thala, a 250 km de Túnez, que dan lugar a enfrentamientos con la policía. Iniciados por estudiantes de las principales escuelas de la ciudad, la protesta es por el desempleo. Después de atacarlos con gas lacrimógeno, los policías cercan a los estudiantes con los profesores dentro de las escuelas. Manifestaciones estudiantiles sin problemas en Sidi Bouzid. Sentada en el Instituto de Ingeniería Civil en Túnez.

5 de enero - Huelga de educación en Sfax 3. Más manifestaciones en Túnez. Estudiantes son atacados con pelotas de goma y gas lacrimógeno en Sousse. Se despliegan vehículos armados en Thala y se asaltan hogares y mercados.

6 de enero - Huelga nacional de abogados.

8 de enero - Más protestas en Tala, cerca de la frontera con Argelia. La policía masacra a 6 manifestantes. Fuertes disturbios en las zonas de Regueb, Thala y Kasserine; una brutal represión policial da lugar a 35 muertes, tal como informa la Federación Internacional de Derechos Humanos.4

9 de enero - Dos manifestantes, Chilab Alibi y Youssef Fitour, son asesinados por policías en Miknassi.

12 de enero - Huelga general en Sfax, en la costa mediterránea, convocada por el Sindicato de Trabajadores Tunecinos. Muchos manifestantes se concentran en el centro de la ciudad.

14 de enero - Se declara el estado de emergencia y se prohíbe la concentración de más de tres personas. Se despliegan los tanques. Decenas de miles de personas llenan la avenida de Habib Bourguiba en Túnez. Ben Ali promete elecciones en 6 meses y abandona el país, encontrando refugio en Arabia Saudí. El primer ministro tunecino toma el control.

15 de enero - Motín de presos en dos cárceles, dando lugar a 42 muertes en la prisión de Monastir. En Mahdia los soldados matan a 5 presos.

17 de enero - Se forma un "Gobierno de unidad nacional": se juntan varias figuras del antiguo régimen con otros de la oposición. Encabezado por el primer ministro Mohammed Ghannouchi, que promete liberar a los presos políticos, quitar las restricciones a la prensa y convocar nuevas elecciones. Sin embargo, las protestas continúan. 

Muere un fotógrafo francés por disparos de la policía.

La cuenta de muertos oficial es 78.

Las protestas continúan, la policía dispara a los manifestantes y lanza gas lacrimógeno en Túnez.

 

¿Una conflagración regional?

Uno de los aspectos más significativos de levantamiento hasta ahora ha sido la velocidad con la que ha traspasado los límites nacionales: los habitantes de países vecinos han aprendido unos de otros. Sabemos de manifestaciones en varias partes de Argelia, ha habido protestas en Libia, y autoinmolaciones en Egipto y Marruecos.

Argelia

Ha habido manifestaciones en la vecina Argelia, de las cuales la causa inmediata parece ser el repentino aumento en el precio de bienes básicos en un 20%-30% al final del año. También hay cuestiones de más largo plazo, como en Túnez: el desempleo (superior al 20% entre los menores de 30 años) y la falta de acceso a la vivienda, que es un serio problema en las áreas urbanas.

29 de diciembre – Manifestaciones en el suburbio de Les Palmiers por la falta de vivienda y la mala calidad de ésta. La policía ataca la manifestación, deteniendo a 29 personas. Se informa de 52 agentes heridos en los enfrentamientos, ya que los residentes levantaron barricadas ardiendo y lanzaron cócteles molotov.

3 de enero - Protestas y carreteras bloqueadas en Tipaza.

5 de enero - Se levantan barricadas en el área de Bab el Oued, en la capital. Se apedrea una comisaría. Se bloquean carreteras con tres camiones y barricadas ardiendo en la ciudad de Orán.

6 y 7 de enero - Dos noches de disturbios en Argelia, con serias batallas en Argel, con manifestaciones, barricadas y enfrentamientos con la policía con fuegos artificiales, cócteles molotov y machetes. La policía intensifica la represión.

7 de enero - Estallan los disturbios en Annaba. Continúan los enfrentamientos con la policía por la noche. Se saquea una oficina gubernamental. Fracasan los intentos de los imanes por sofocar la revuelta llamando a la "calma" durante las oraciones del viernes.

8 de enero - La policía mata a dos personas durante los disturbios -uno en Ain Lahdjel, del que dice la policía que estaba atacando una comisaría. El segundo murió después de recibir un golpe en la cabeza con un bote de gas lacrimógeno en Bou Smail. Uno tercero fue resultado de un incendio en un hotel. Protestas en la Cabilia.

17 de enero - Cuatro autoinmolaciones.

La información sobre los acontecimientos en Argelia en las fuentes de los medios de comunicación de masas ha sido limitada desde la semana del 10 de enero; no está claro si esto se debe a una desmovilización de las protestas o a una intensificación de la represión policial.

Libia

En Libia ha habido manifestaciones por la vivienda y por las condiciones de vida. Buena parte de esta información ha sido diseminada por Internet a través de Facebook, Youtube y Twitter, y gran parte son sólo rumores, debido al rígido control sobre la información en el país.

Las protestas estallaron el 14 de enero por los problemas de vivienda en varias ciudades y continuaron durante unos días. El 15 de enero cientos de personas llevaron a cabo una ocupación masiva de 800 apartamentos vacíos en Bani Walid en protesta por la escasez crónica de vivienda. Asimismo, 600 personas ocuparon un área residencial en Benghazi. Los vídeos de Youtube mostraban las manifestaciones en Bidaa, Darna y Sabhaa. La policía parece tratar de prevenir una escalada evitando los enfrentamientos violentos.

Un levantamiento de la clase obrera - ¿hasta dónde llegará?

La fundamental naturaleza de clase de las protestas en África del Norte es innegable. En Túnez, Argelia y Libia una generalización de jóvenes proletarizados han liderado las protestas masivas, de las cuales la razón inmediata han sido sus desesperadas condiciones de vidas, en países con una rica y transparente clase dominante, menos formada en las modernas técnicas de autojustificación burguesa que sus colegas occidentales. Se han repetido los mismos temas en países de la región. Intentaremos dar un resumen preliminar de los aspectos de clase de estos acontecimientos; de nuevo debido a las restricciones a la información y la rapidez con la que ocurre todo, este resumen es necesariamente incompleto.

Expropiaciones

Los levantamientos en Túnez y Argelia han contado con la expropiación de bienes en supermercados, tiendas y almacenes durante las manifestaciones masivas. Esto era de esperar; uno de los detonantes inmediatos de las revueltas fue el coste de los bienes de primera necesidad. Además, durante situaciones en las que la clase obrera se da cuenta de su poder, se evapora el respeto por las bondades del intercambio de mercancías, especialmente cuando el dinero (o su carencia) limita su acceso a los bienes básicos para la vida. Estas expropiaciones son un aspecto de toda revuelta proletaria, y los "violentos saqueadores" son parte de las excusas para justificar las medidas drásticas.

Huelgas - o la falta de ellas

La información acerca del papel que han tenido las huelgas como parte del movimiento en África del Norte es limitada. Sabemos de huelgas de profesores en solidaridad con los estudiantes en protesta. Asimismo ha habido convocatorias de huelga general, lideradas por "profesionales" como los abogados, pero no está claro si fueron seguidas por el resto de trabajadores. Podemos decir lo mismo de la huelga general convocada en Sfax -hasta que tengamos más información, es difícil decir hasta qué punto se siguió. Sabemos de huelgas en la ciudad minera de Gafsa, pero de nuevo la participación en estas huelgas no está clara. No sabemos hasta qué punto la gente ha participado en huelgas organizadas, o simplemente no ha ido a trabajar por lo que ocurría en las calles. Los cierres empresariales cuando se declaró el estado de emergencia podrían haber cancelado muchas huelgas.

Obviamente los parados y estudiantes que han formado el grueso de los manifestantes en las calles no tienen un trabajo como sí lo tienen los trabajadores. Manifestaciones, bloqueos y disturbios pueden formar parte de la lucha de clases y pueden acelerarla al trastocar la economía y dibujar líneas de enfrentamiento. La intensificación de la violencia policial puede a menudo impulsar el enfrentamiento contra el Estado, e impulsar la participación de la gente al dejar claro el papel del Estado de mantener el orden mediante la violencia. Sin embargo, todas las revueltas importantes han llevado consigo un huelgas masivas, y la huelga masiva es un medio por el que pueden quedar claros el interés común de los proletarios como clase obrera y su poder de paralizar al capital por la expropiación de los medios de vida. La dirección y la escala de la insurrección probablemente quedarán determinadas por la extensión a la que se expandan las huelgas por el país.

Parte de la explicación de nuestro limitado conocimiento de las huelgas puede ser que los medios se han fijado en las protestas callejeras y la dimensión "política" de las protestas contra el Gobierno actual. Las huelgas que tengan lugar simultáneamente pueden no merecer la pena para los medios. Por otro lado, puede ser que no haya habido huelgas generalizadas. El papel del turismo en la economía tunecina, empleando a muchos trabajadores (la mitad de la fuerza de trabajo está empleada en el sector servicios) no es suficiente para explicar esto -industrias como la manufactura, la minería o la industria petrolífera son la tercera parte de la fuerza de trabajo. Este es el terreno clásico para las huelgas masivas del tipo de todos los levantamientos históricos de la clase obrera, y esto habría tenido un importante efecto en un gran exportador de minerales y petróleo como Túnez.

Por otro lado, es importante tener en cuenta el efecto que un descenso de los ingresos por el turismo puede tener en un país como Túnez -unos pocos titulares sobre disturbios pueden dar lugar a una parálisis en un sector principal de la economía. Ben Ali llamó a los manifestantes a parar por miedo a un descenso en el turismo, y fue claro en esto. No obstante, un movimiento de huelgas generalizado sería vital a la hora de extender la conciencia de clase, ampliar el movimiento y radicalizar la situación.

No una revolución - aún

Los medios han sido rápidos a la hora de etiquetar los hechos de Túnez como una "revolución", y se le ha aplicado el nombre "la Revolución de los Jazmines" para alinearla con otras revoluciones políticas que resultaron en gobiernos nuevos (normalmente proamericanos) en varios países. Tales hechos son sólo "revoluciones" en un sentido político, con un gobierno reemplazando a otro. Túnez aún no ha visto una revolución verdadera, dado que la vara del capital y la balanza fundamental del poder entre las clases en el país aún no ha cambiado. Tal posibilidad necesitaría que la clase obrera de la región aprendiera de las lecciones de que se pueden extraer de su propio poder, que se ha puesto en marcha estas pasadas semanas. Dado que los aspectos fundamentales - desempleo, altos precios y mala vivienda- no pueden resolverse por el cese de gobiernos aunque estos lo quieran, es improbable que el status quo en África del Norte vuelva pronto.